Hola, de nuevo me siento en el ordenador, con el amargo sabor de una embarcada, y el salado sentimiento de una gran odisea.
El pasado viernes, Kike y yo, comenzamos lo que llamaremos "particular desastre". Nuestro plan era sencillo, comenzabamos a a las 11:30 de la noche y sobre las cinco hacíamos cima, ¡que fácil!, ¡que bonito! ¡veremos el amanecer!.
Ahora viene lo bueno, salimos en hora, en 40 min pasábamos La Renclusa, y aquí se jodio la historia, tiramos por buena dirección, pero la gran huella se perdía, no sabíamos por donde se subía, volvimos, llegamos al refugio y ningún cartel, el frontal daba para unos cinco metros, y la luna se escondía, cuando de repente tiramos por un camino que ascendía y con una gran huella, a los 40 min dios ¿donde estamos? "si la maladeta esta a tomar por ...." miramos el mapa y llegamos a la conclusión que estamos bajo el pico La renclusa, Tenemos que tirar una gran diagonal para intentar llegar al camino que lleva a los Portillones. Manos a la obra, neberos, piedras, barrancos y mucha agua, tiramos muy lentos, y sin camino aparente se hace complicado, llevamos dos horas en dicha diagonal, y de repente ¡¡¡zas!!! Un mojon dios y una huella tiesa en dirección al Portillon, nos habíamos encontrado con la huella de bajada, tiramos por ella recto como los valientes, Y a la hora y media nos plantábamos en el Portillon superior con el mejor amanecer de mi Historia. De aquí y hasta la cima fue un paseo con final feliz. Finalmente comimos y nos tiramos una horita en el vivac disfrutando de las vistas.
Una experiencia que tiene que hacernos pensar en mejorar la plantificación de las excursiones.
Solo me queda despedirme de esta temporada de esquí, y esperar que la próxima venga pronto.
Un abrazo y en breves volvere para contaros mi experiencia en Chamonix
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